Señales tempranas de desafíos de aprendizaje
Consejos para averiguar si los niños pequeños necesitan apoyo para salir adelante.
Experto clínico: Daryaneh Badaly, PhD, ABPP
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Cuáles son los primeros signos de que un niño podría tener desafíos con el aprendizaje?
- ¿Qué edad deben tener los niños para ser diagnosticados con una discapacidad del aprendizaje?
- ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar?
Lectura rápida
Puede ser difícil saber si es probable que un niño que está en edad preescolar tenga una discapacidad del aprendizaje. Cuando los niños son pequeños, desarrollan sus habilidades a diferente velocidad, y además tienen diferentes fortalezas y debilidades. A medida que crecen, sus habilidades se suelen emparejar.
Pero hay algunas señales en el preescolar y en los primeros años de la escuela de que un niño pudiera ser diagnosticado más adelante con un trastorno del aprendizaje. Por ejemplo, los niños que tienen dificultad para captar las rimas podrían tener dificultades con la lectura más adelante. Del mismo modo, los niños que tienen problemas para comprender los conceptos básicos para contar podrían llegar a tener problemas con las matemáticas.
Los niños que tienen problemas para sujetar un crayón o utilizar un tenedor podrían tener problemas con lo que se denomina control motor fino. Los problemas para comprender o utilizar el lenguaje pueden ser señal de un trastorno del aprendizaje basado en el lenguaje. Los problemas relacionados con el habla y el lenguaje también podrían ser una señal temprana de autismo.
El comportamiento de los niños puede ofrecer pistas. Si un niño se frustra a menudo durante una actividad, como el dibujo, puede significar que esas habilidades son un reto para él. Y si los niños son más activos, más impulsivos o más distraídos que la mayoría de sus compañeros, estos podrían ser signos de TDAH, el cual generalmente no es diagnosticado sino hasta que los niños son mayores.
Algunos de estos niños se pueden beneficiar de la intervención temprana. Por ejemplo, un terapeuta ocupacional (OT, por sus siglas en inglés) puede ayudar a los niños que tienen problemas con la motricidad fina. Los OT pueden trabajar con los niños para mejorar su agarre, su tono muscular y su coordinación mano-ojo. Si usted sospecha que su hijo tiene problemas del habla o el lenguaje, programe una cita con su proveedor de atención médica. Es posible que lo refieran con un patólogo del habla y el lenguaje (SLP, por sus siglas en inglés) que lo ayude a trabajar en la comunicación.
Si nota que su hijo tiene problemas, usted puede ayudarlo al reforzar su autoestima. Y puede trabajar con él para que desarrolle sus habilidades fuera del aula. Actividades como leer, contar o dibujar juntos pueden ayudar a los niños a practicar sus habilidades en un entorno de bajo estrés.
Mi hija de cuatro años ha estado intentando escribir el número cinco. Quiere hacer una tarjeta de cumpleaños para una amiga. “No, eso no está bien…”, murmura acerca de sus garabatos serpenteados en la página. En el sexto intento, la frustración se apodera de ella. “No puedo hacerlo”, grita, tirando el bolígrafo al suelo. “¡Los cincos son demasiado difíciles!”.
Esto no es nada extraño para una niña de preescolar que está empezando a aprender los números y las letras (y que a veces se tira al suelo angustiada si su plátano se rompe por la mitad), pero no puedo evitar sentir una pequeña punzada de preocupación.
Cuando yo crecí, tuve disgrafía y discalculia. Al ver que mi hija tiene dificultades, me pregunto cómo sabré si ella también tiene desafíos de aprendizaje. Cuando los niños tienen problemas de aprendizaje, la intervención temprana puede ser de gran ayuda. Pero, ¿cómo pueden los padres saber si deben preocuparse, y cuándo?
¿Qué es una discapacidad del aprendizaje?
Las discapacidades del aprendizaje (LD, por sus siglas en inglés) se diagnostican cuando un niño tiene serios problemas con una habilidad o materia académica específica, como las matemáticas o la lectura. Las discapacidades del aprendizaje se definen por un desfase entre lo que se espera que un niño pueda hacer desde el punto de vista del desarrollo y lo que en realidad puede hacer. Por ejemplo, un niño que no tiene problemas para seguir el ritmo de sus compañeros en otros aspectos, pero que se queda muy rezagado en la lectura.
Aunque algunos trastornos, como el autismo, pueden ser diagnosticados, y a menudo se diagnostican, durante la etapa preescolar y los primeros años de escolaridad, las discapacidades del aprendizaje no suelen hacerse evidentes sino hasta que los niños tienen mayor edad, cuando han tenido la oportunidad de estar expuestos a la educación formal.
Esto se debe en parte a que, en lo que respecta al aprendizaje temprano, los niños desarrollan sus habilidades a diferentes velocidades. Un niño que parece estar rezagado con respecto a sus compañeros en cuanto a la formación de las letras o la lectura de palabras cortas puede que necesite un poco de tiempo para ponerse al día. Estar en el extremo más joven (o entre los mayores) de la clase puede significar que algunos niños van un poco por delante o por detrás de otros estudiantes. Y, al igual que los adultos, los niños tienen diferentes fortalezas y debilidades. Un niño puede sobresalir en las sumas pero tener problemas para escribir su nombre, mientras que otro podría leer palabras básicas desde el principio pero tener problemas con los números. A medida que crecen y maduran, sus capacidades a menudo se emparejan.
Sin embargo, para algunos niños, estos problemas de aprendizaje temprano pueden ser una señal de dificultades académicas en el futuro. Y aunque puede que los niños sean demasiado jóvenes para un diagnóstico formal en el preescolar y durante los primeros años del kínder, el apoyo (y si es necesario, la intervención temprana) pueden tener grandes beneficios. Daryaneh Badaly, PhD, neuropsicóloga clínica del Child Mind Institute, explica que hay algunos signos a los que los padres pueden estar atentos durante los primeros años de aprendizaje de los niños.
Los primeros signos de desafíos con el aprendizaje
“En los niños más pequeños, los desafíos de aprendizaje no lucen igual que en los niños mayores, porque el trabajo que se les pide es poco”, explica la Dra. Badaly. “Dicho esto, hay algunas cuestiones específicas que pueden sugerir que un niño tiene dificultades con algunas habilidades tempranas específicas”.
Control de la motricidad fina: “Los problemas de control de la motricidad fina pueden aparecer pronto. Es posible que los niños tengan dificultades para aprender a sujetar un crayón correctamente, que tengan problemas para utilizar los utensilios o que incluso rehúyan tener que colorear o dibujar formas porque les resulta físicamente difícil”, dice la Dra. Badaly. “La detección temprana de esos problemas brinda a los padres la oportunidad de poner en marcha apoyos como la terapia ocupacional, para reforzar esas habilidades y que no se conviertan en un obstáculo para el aprendizaje más adelante.”
Problemas de lenguaje: Los problemas de comprensión o de uso del lenguaje pueden ser una señal de que un niño pudiera ser diagnosticado posteriormente con un trastorno del aprendizaje basado en el lenguaje. “Hay diferentes funciones del lenguaje que pueden estar alteradas”, dice la Dra. Badaly. Los niños pueden tener problemas con el lenguaje receptivo, lo que significa que tienen dificultades para entender las palabras que escuchan o leen. O pueden tener problemas con el lenguaje expresivo, es decir, con el uso de palabras para expresarse. También pueden tener problemas con ambos. “Si un niño tiene problemas para entender el lenguaje oral o para expresarse, la intervención puede ser útil”, dice.
Habilidades de lectura tempranas: Aunque la mayoría de los niños apenas leen palabras básicas durante los años del preescolar, están desarrollando de otras maneras las habilidades que forman los componentes básicos de la lectura. “En esta etapa hay mucho juego con los sonidos, como los juegos de rima o la combinación de palabras y sonidos”, dice la Dra. Badaly. “Si a un niño le cuesta mucho captar los sonidos o no parece captar las rimas, se debe observar un poco más de cerca”.
Habilidades matemáticas tempranas: “Cuando los niños están aprendiendo a contar, si los números no les resultan tan fáciles o no parecen comprender los fundamentos básicos para contar, como poner las cosas en orden, eso podría ser algo a lo que habría que prestar atención”, dice la Dra. Badaly. Los problemas con los números pueden ser especialmente claros en el primer grado, explica: “Si al final del primer grado un niño no entendiera realmente el concepto básico de la suma, definitivamente sería motivo de preocupación”.
Pistas de comportamiento: Si usted nota que su hijo se frustra o se enoja con frecuencia durante una determinada actividad, como dibujar formas o construir con bloques, eso puede ser una señal de que las habilidades necesarias para ese tipo de aprendizaje son un reto para él. “Si hay algo que un niño no quiere hacer o se enoja mucho cuando se le pide que lo haga, probablemente sea porque le es difícil”, dice la Dra. Badaly. La pregunta —dice— se convierte en: ¿Por qué es difícil? “¿Se debe a que no se les ha enseñado esta habilidad? ¿O es porque al niño le cuesta mantenerse concentrado? ¿O porque la tarea en sí es difícil?”.
Síntomas del TDAH: Otra pista de comportamiento que vale la pena considerar durante los primeros años son los signos de TDAH. Aunque el TDAH se considera un trastorno del comportamiento, tiene un gran impacto en la forma en que los niños aprenden, y muchos niños con TDAH tienen también trastornos del aprendizaje. “En preescolar, aunque probablemente no hagamos un diagnóstico de algo como el TDAH, si tenemos un niño que choca contra las paredes y no puede quedarse quieto, podríamos decir, bueno, este niño podría terminar siendo diagnosticado con TDAH, y se podría beneficiar de una intervención de comportamiento”, señala la Dra. Badaly.
Qué pueden hacer los padres
Para los niños con problemas de control motor fino o de lenguaje receptivo o expresivo, existe ayuda específica.
- Los niños, incluso los más pequeños, con problemas de motricidad fina pueden beneficiarse de ver a un terapeuta ocupacional (OT, por sus siglas en inglés). Los terapeutas ocupacionales pueden trabajar con los niños para mejorar su agarre, su tono muscular y su coordinación mano-ojo, y ayudarlos a desarrollar sus habilidades sociales y de autorregulación.
- Si usted nota que su hijo tiene problemas de habla o de lenguaje, o que tiene un retraso en el habla, programe una cita con su proveedor de atención médica. El médico de su hijo puede solicitar que se haga una prueba de audición y revisar la garganta y los reflejos de su hijo para descartar cualquier otra causa antes de sugerir pasos siguientes. Si parece que es necesaria una intervención temprana, su hijo puede ser referido con un patólogo del habla y el lenguaje (SLP, por sus siglas en inglés) que lo ayude a trabajar en la comunicación.
Los problemas motores y del habla (especialmente cuando se observan junto a desafíos sociales) también pueden ser signos de autismo, que a diferencia de los trastornos del aprendizaje, “se puede diagnosticar con precisión durante la primera infancia”, dice la Dra. Badaly. “Y la detección e intervención tempranas pueden ser extremadamente beneficiosas.” Si usted o el maestro o médico de su hijo notan que muestra algunos de los primeros signos de autismo, programe una cita para que lo evalúe un profesional.
Lo que los padres pueden hacer en casa
Apoyar el aprendizaje de su hijo fuera del aula es fundamental. Actividades sencillas como leer, contar o dibujar juntos pueden ayudar a los niños a practicar sus habilidades en un entorno de bajo estrés. “Dedicar tiempo a fomentar el gusto por la lectura al permitir que su hijo elija los libros que leen juntos” puede ayudar, dice la Dra. Badaly. “O incluso solamente ayudarlos a habituarse a cómo es un libro, aquí está el título, aquí está la historia”. Del mismo modo, “la práctica de las matemáticas puede ser tan sencilla como contar las manzanas cuando hacen una tarta juntos”.
La cuestión, explica, es hacer que el aprendizaje se sienta más natural y menos tenso. “Toda práctica es buena”. Pero advierte, los padres deben tener cuidado de no abrumar a los niños. “Hay que enfocar el aprendizaje de forma divertida y entusiasta, en lugar de convertirlo en un trabajo, lo que puede ser contraproducente y hacer que los niños se sientan menos comprometidos, no más”.
Apoyar la autoestima de los niños
Las diferencias de aprendizaje pueden causar estragos en la confianza de los niños. Si usted sospecha que su hijo tiene dificultades en la escuela, apoyar su autoestima puede ser de gran ayuda, tanto si es diagnosticado con una discapacidad del aprendizaje como si no. Busque más información sobre cómo ayudar a los niños con dificultades de aprendizaje a reforzar su autoestima, aumentar su confianza y aprender las habilidades que necesitan para ser más resilientes cuando se produzcan contratiempos.